El AIKIDO sienta bien !!
Sin duda, ya habréis oído hablar del Aikido, pero estáis realmente seguros de tener la imagen adecuada?
Sabéis, por ejemplo, lo que lo diferencia de las otras artes marciales? ¿Y por qué no hay sitio para la competición en él?
La respuesta está contenida completamente en el objetivo mismo del Aikido: Transformar toda situación de conflicto en situación de comunicación. No vencer, aniquilar, humillar al otro, sino educarlo, despertarlo, intentar que los dos protagonistas salgan beneficiados de la experiencia. Considerar que un conflicto bien solucionado no deja ni herida, ni frustración, ni amargura, ni espíritu de venganza y, por lo tanto, ni vencedor ni vencido.
La estrategia del “ganador / ganador”
La dimensión espiritual del Aikido está ahí. No hay nada de misterioso y puede expresarse con sencillez.
Pero, me diréis… todo esto es muy abstracto y teórico!!
Cierto, pero el objetivo del Aikido es justamente el de proponer una práctica que vaya en consonancia con sus ambiciones teóricas. Práctica primeramente física, construída formalmente como una defensa personal, se basa en la repetición de técnicas, de proyección o inmobilización, armoniosas y no traumatizantes.
Aunque lo esencial del trabajo sea de coordinación y, por lo tanto, de control de los gestos mucho más que la utilización de la fuerza y la velocidad, participan todos los músculos y articulaciones y, por ello, es ideal para recuperar o mantener la condición física.
Partir a la búsqueda de sí mismo en el intercambio con el otro e, inversamente, mejorar la relación con él justamente porque uno se siente mejor consigo mismo… he aquí lo que el Aikido propone.
Y como condición, por supuesto, poner todo de vuestra parte, porque nada ocurrirá sin los valores humanos fundamentales como la humildad, la perseverancia y el compromiso, del cual, espero, no estéis desprovistos.
Franck Noël, 7º Dan, otorgado por el Aikikai de Tokio, Centro Mundial del Aikido.
Traducción: José María Sevilleja